Quisiera entrar en tu reino
en tu reino de silencio
que mis frases de amor
caminaran tus senderos
senderos que sin espinas
ni piedras de sufrimientos
quisiera hacerlos de nubes
de mariposas sonoras
de flores que te cantaran
el idioma de mis besos.
Quisiera entrar por tus ojos
a tu mundo de silencio.
Que nazca de mis entrañas
un murmullo de secretos
que solo puedan tus ojos
en mis pupilas leerlos.
Hacer de mi voz un canto
que rompiera tu silencio.
Hacer de mi amor la luna
que iluminara tu cuerpo.
Que las estrellas devotas
te durmieran con un cuento.
Que las montañas los ríos,
las nubes y el mismo cielo,
tuvieran la fuerza mía
al traspasar tu silencio.
A Laura Elisa Bustmante tarre
Monday, March 07, 2005
PEQUEÑA DE ORO Y MIEL ( A Mitad de la Vida)
Mi todavía pequeña
y dorada niña
el sol
estuvo tanto tiempo
entre tu pelo
que te ha dejado
reflejos de oro y miel.
Y en tu sonrisa
la hermosura del mar
y las campanas.
La brisa se detuvo
en tu ventana
para formarte
aureola de luceros.
Tu llanto
es tempestad en las mañanas
tu corazón
un cálido aguacero.
Para mi hija Antonietta
y dorada niña
el sol
estuvo tanto tiempo
entre tu pelo
que te ha dejado
reflejos de oro y miel.
Y en tu sonrisa
la hermosura del mar
y las campanas.
La brisa se detuvo
en tu ventana
para formarte
aureola de luceros.
Tu llanto
es tempestad en las mañanas
tu corazón
un cálido aguacero.
Para mi hija Antonietta
VOY A DEJARTE SOLO. ( Poemas para un solo amor)
Creo
que de un momento
a otro
voy a dejarte solo.
Te dejo
en mis bolsillos
las estrellas,
mi blanda y larga
noche
preñada de esperanza.
El el espejo
la imagen
de mi orgullo,
de fe que puse en tí.
Creo
que de un momento
a otro
voy a dejarte solo.
Te dejo
mis canarios,
todo lo que te he escrito
y mis cajitas mágicas,
mis llaves herrumbrosas,
el retrato de Neruda
que tanto me gustaba.
Te quedarán también
mis caracoles
blancos,
rosados,
azules
y esmeralda
que tanto me peleabas.
Y te dejo mi amor,
mi talento mas puro.
la voz solemne,
alta,
modulada
y febril
con que te amaba.
que de un momento
a otro
voy a dejarte solo.
Te dejo
en mis bolsillos
las estrellas,
mi blanda y larga
noche
preñada de esperanza.
El el espejo
la imagen
de mi orgullo,
de fe que puse en tí.
Creo
que de un momento
a otro
voy a dejarte solo.
Te dejo
mis canarios,
todo lo que te he escrito
y mis cajitas mágicas,
mis llaves herrumbrosas,
el retrato de Neruda
que tanto me gustaba.
Te quedarán también
mis caracoles
blancos,
rosados,
azules
y esmeralda
que tanto me peleabas.
Y te dejo mi amor,
mi talento mas puro.
la voz solemne,
alta,
modulada
y febril
con que te amaba.
En un Nueve de Julio ( Cuando la voz se apaga)
Se me quedó en los brazos
el peso de tu cuerpo
y tu calor
que se te fue
también muriendo.
Se me quedó en los ojos
el azul de tus ojos
que fueron para mí
cielos azules.
Se me quedó en el pecho
el dolor
de tu pecho
que todavía llevo.
Se me quedó en el alma
tu ronco silencio
que estrangulo
el silencio de la noche
mi sangrante silencio.
Se me escapó tu vida
entre mis lágrimas
puñado de arena
por mis dedos
y todo
en minutos convertidos
en ladrones
con puñales
de duelo.
A Alicia Murzi de Tarre ( Su madre)
el peso de tu cuerpo
y tu calor
que se te fue
también muriendo.
Se me quedó en los ojos
el azul de tus ojos
que fueron para mí
cielos azules.
Se me quedó en el pecho
el dolor
de tu pecho
que todavía llevo.
Se me quedó en el alma
tu ronco silencio
que estrangulo
el silencio de la noche
mi sangrante silencio.
Se me escapó tu vida
entre mis lágrimas
puñado de arena
por mis dedos
y todo
en minutos convertidos
en ladrones
con puñales
de duelo.
A Alicia Murzi de Tarre ( Su madre)
Saturday, March 05, 2005
Mucha de aquella soledad (Reencuentros)
Será que el corazón
se me volvió
de espuma
y todo aquel
arrebato encarnizado
se me fue haciendo
débil,
transparente
y de valientes
cuchillos
aguzados,
solo me queda
hoy
una dulce barrera
de astros
y claveles
y que muchas tristezas
se fueron
tropezando con la lluvia
y que mucha de aquella
soledad
se ha vuelto loca
viene y se va
cuando le da
la gana
y que de tanto
andar
por los caminos
las suelas de
mis pies
ya se me han
roto
y los encuentro
cansados
y será que conozco
a tanta gente
que me asalta
un temor
a confidencias
y que aquella lejana
costumbre
de mirar
más allá
de lo que veo
y fatalmente
resulta
que he acertado
y será que se ha hecho
más estrecho
mi espacio
y me siento
en momentos
confundida
por mi estrecho
camino y siento
que me voy
por los perfiles
y vivo en un eterno
equilibrio
y sospecho
y me doy media vuelta
sonriendo;
pero mi corazón
cabeza gacha,
pertende
detener su latido
y siento que la vida
ya me cansa
y todo
se me escapa
por el costado
de mi mano
derecha
y siento que el destino
de todos
los poetas
es cerrar
su camino
en el momento
preciso
en que se una
el círculo
y solo quede
el punto final
que era la vida.
se me volvió
de espuma
y todo aquel
arrebato encarnizado
se me fue haciendo
débil,
transparente
y de valientes
cuchillos
aguzados,
solo me queda
hoy
una dulce barrera
de astros
y claveles
y que muchas tristezas
se fueron
tropezando con la lluvia
y que mucha de aquella
soledad
se ha vuelto loca
viene y se va
cuando le da
la gana
y que de tanto
andar
por los caminos
las suelas de
mis pies
ya se me han
roto
y los encuentro
cansados
y será que conozco
a tanta gente
que me asalta
un temor
a confidencias
y que aquella lejana
costumbre
de mirar
más allá
de lo que veo
y fatalmente
resulta
que he acertado
y será que se ha hecho
más estrecho
mi espacio
y me siento
en momentos
confundida
por mi estrecho
camino y siento
que me voy
por los perfiles
y vivo en un eterno
equilibrio
y sospecho
y me doy media vuelta
sonriendo;
pero mi corazón
cabeza gacha,
pertende
detener su latido
y siento que la vida
ya me cansa
y todo
se me escapa
por el costado
de mi mano
derecha
y siento que el destino
de todos
los poetas
es cerrar
su camino
en el momento
preciso
en que se una
el círculo
y solo quede
el punto final
que era la vida.
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